EL RELATO DE JULI
Como en los últimos años escribimos una reseña sobre la
subida a Montserrat de este pasado fin de semana (19 y 20 de Mayo).
El día anterior a la marcha recibimos la mala noticia de la
suspensión oficial por la lluvia prevista el fin de semana. Si había gente
suficiente se montaría una a nivel particular contando con el apoyo del camión
y solo nos fallaría el autocar de bajada.
De Badalona salimos 21 aunque uno de ellos (Juli Sanabre)
solo tenía previsto llegar hasta las Fonts. Grupo con experiencia y los que no
la tenían gente fuerte. En mi caso particular era la quinta ocasión (2 veces
hasta el final en el 2007 y 2009) y supongo que moralmente me animó un poco el
saber que era el de mayor edad del grupo.
Hasta Montcada un auténtico paseíto al que personalmente
estoy bastante acostumbrado. La comida de la “Oficina” muy bien y eso a pesar
de cancelar más de 30 menús por la suspensión oficial de la Caminata de todos
los colegios Maristas. Los más lanzados se metieron entre pecho y espalda unos
garbanzos con callos y los más prudentes optamos por el menú cuasi infantil.
La siguiente etapa con un tiempo que todavía nos respetaba
fue hasta la gasolinera de Bellaterra, todo dentro de los límites de tiempo
correctos. Allí además de avituallamiento fuimos presa fácil de unos
inmisericordes mosquitos (clase F) que picotearon sin piedad piernas y brazos
de todos los caminantes.
El grupo, con sus estiramientos normales, enfiló camino de
las Fonts (es una de las partes que más me gusta) a buen ritmo llegando sobre
las 8 de la tarde a la Iglesia de dicho lugar. Dimos cuenta de unos buenos
bocadillos, bebidas, reparamos nuestros pies con toda clase de ungüentos
mágicos y engrasamos nuestras visagras para empezar lo que se considera la
segunda parte de la Caminata. Se añadieron 8 más al grupo desde aquí.
Buena marcha desde aquí hasta el Restaurante “4 Vents”, punto imprescindible. Llegada sobre las 10 y
media de la noche. Como siempre pillamos una boda y fuimos animados por unos
asistentes a la misma. Ya empezaba a hacer un poquito de fresquito y también
teníamos que ponernos los petos de carretera. Seguimos la carretera que está a
mano izquierda dirección a Ullastrell, donde un poquito antes está el desvío
que baja hasta el rio. Allí nuevamente nos aprovisionamos en el camión que
estuvo toda la marcha puntualmente en todos los lugares de encuentro. El
cansancio ya iba haciendo un poco mella en el grupo y unos a otros nos
animábamos. Peter estaba contento porque podíamos hacer el Rio en buenas
condiciones.
Peter cogió en el rio el mando del grupo y empezamos a bajar
con una buena dosis de culadas y patinazos. El rio estaba en perfectas
condiciones y no bajaba mucha agua, así que empezamos el periplo. Todo bien
hasta un lugar donde las obras de la carretera que pasa por arriba han obligado
a hacer una enorme zanja por la que pasan las cañerías y allí justo en ese
punto teníamos que cruzar unos 5 metros pasando por encima de una tubería que
estaría unos 4 metros del suelo. Aquí señores el que esto escribe fue incapaz
por su propia voluntad de cruzar (en mi defensa voy a alegar que sufro de
vértigo desde pequeño y es superior a mis fuerzas). Menos mal que Xavi y Regu
me cruzaron por la canal porque por voluntad propia hubiera sido incapaz. Les
doy las gracias a los dos por ayudarme a superar dicho tramo.
Seguimos la marcha por el rio sin más obstáculos fuera de
guión hasta llegar a lo que yo llamo “el repechón de la muerte” que es una
fuerte subida de unos 200 metros con una
pendiente fuera de categoría que sube a tierra firme después del rio. De
destacar que esta parte la hicimos sin “oxigeno” y sin “mascarillas”. Llegamos
a este punto sobre la 1.20 de la madrugada.
En este punto todos los Diablos Rojos de la marcha (en total
7) andábamos bastante bien. Manolo hacía ya un buen rato que cojeaba pero era
tal su deseo de llegar que seguía igual.
Cuando llegamos a Olesa nos empezó a llover, menos mal que a
10 minutos teníamos la parada obligada. Llegamos al punto de avituallamiento
justo a las 3.00. A través de llamadas nos enteramos que en Badalona estaba lloviendo torrencialmente.
Después de unos 45 minutos de parada arrancamos nuevamente y en esta ocasión
nos tuvimos que poner las capelinas por que estaba lloviendo. A la altura de la
Puda se decidió no pasar por allí porque es un sitio que normalmente sin llover
ya está lleno de charcos y lloviendo se convierte en un barrizal. Seguimos la
marcha por carretera a buen ritmo deseando salir pronto de la misma por el
peligro que conlleva la velocidad con la que pasan los coches por ese punto.
Poco más de las 5 de la madrugada y llegamos al Aeri. Allí
la gente iba bastante tocada. Se decidió en vez de seguir el camino tradicional
hasta Monistrol empezar a subir por “La Canal”. Pero teníamos que esperar a que
hubiera luz de día así que muchos aprovecharon para hacer un tratamiento
intensivo de pies (pudimos asistir a una operación en directo con su aguja y su
hilo como es de rigor). En este punto Pepe dijo que no se veía con fuerzas para
seguir adelante. Intervino Xavi que estuvo un ratito hablando con él y al final
lo convenció. Personalmente vi muy tocado a nuestro compañero.
Sobre las 6 de la mañana, con las primeras luces del día y
habiendo dejado de llover iniciamos la que considero la parte más dura de esta
apasionante aventura.
A nivel personal (ya habéis leído antes mis problemas con el
vértigo) considero bastante peligroso este camino. Creo que como mínimo es para
“iniciados”. Menos mal que contamos con la sabiduría y el temple de Regu que se
puso en cabeza del grupo y cual “lazarillo” me subió en volandas hasta el
camino. Pasamos muchos apuros, no solo yo. Desmayo de Manolo por la parte de
atrás que obligó unos minutos a parar la marcha. Estábamos en un sitio “sin
retorno”, de acceso difícil y francamente no sé cómo se puede sacar o rescatar
una persona de ese punto. Por lo que me ha explicado posteriormente Peter, Pepe
estaba más blanco que una hoja de papel. No sé qué clase de elixir mágico
tomaron pero el “Doctor Peter” se las ingenió para recuperarlos y hacerlos
subir hasta el camino. Calculo que esta etapa nos llevó casi una hora. Sentí
una especial alegría cuando vi a mis 3 compañeros, a mí todavía me temblaban
las piernas por los apuros que pasé.
Llegados a ese punto ya solo restaban “las escaleras”.
Manolo y Pepe no lo pensaban dejar en ese punto así que empezamos la ascensión.
Víctor me pasó un vial de glucosa que necesitaba para arrancar. Empezamos de
una manera firme pero lenta la ascensión y llegamos al punto donde se acaban
las escaleras y empieza una especie de sendero que conduce a las escaleras
“anchas”. En ese punto pido perdón con todo mi corazón a mis compañeros, los
abandoné y el pobre Peter tuvo que ayudarlos en solitario (estoy nominado y lo
asumo). En mi defensa solo puedo decir que estaba con las “últimas gotas” del
depósito y si no huía hacia “adelante” seguro que no llegaba. Llegué con
penosidad hasta arriba y ahora os confieso que lloré amargamente mientras
Víctor y Juan me ofrecían un café caliente. A los pocos minutos llegaron Manolo
(descompuesto), Pepe (destrozado) y Peter. Como dijo mi hija un poco después:
“parecía que todos estábamos enporrados”.
Quiero dar las gracias a todos, absolutamente todos, los que
participaron en tamaña aventura. De una manera especial quiero agradecer a Xavi
y sobre todo a Regu la ayuda que me dieron en los momentos difíciles.
Quiero felicitar de una manera especial a Manolo por el gran
aguante en los momentos de auténtico sufrimiento. Felicitar a Pepe “Diesel”
(como dice Peter un “mulaco”). Y no me podía olvidar de Peter (capaz de todo
por sus amigos), sin él esta aventura no sería la misma.
Quizás esta sea mi última gran aventura a la “Gran Montaña”,
tengo un año para reflexionar.
Gracias amigos, gracias por todo.
3 comentarios:
No te creo cuando dices que puede ser tu última vez. No te quiero creer, pues tu ejemplo, tu valor, son un ejemplo para mí, son un ejemplo para todos nosotros. No cambies.
Valiente no es quien no tiene miedo, sino quien aprende a superarlo, y yo, en la canal, entre desmayo y desmayo, vi a un tío valiente que no paraba de subir buscando su Shangri-La.
Juli, lo que has hecho era lo que tenías que hacer. Unos cuantos sabemos cual era tu motivación profunda este año.
Cuando, en un momento de la marcha, me dijiste " Siento que esta es mi noche ", me quedé muy reconfortado.
Uno de mis principales objetivos en esta marcha ( y se lo puedes preguntar a Dolors, cuando le expliqué porqué pensaba ir a Montserrat desde Badalona )era que tu debías llegar.
A la hora de la verdad, no pude darte un relevo en todo el camino ... pero no lo necesitaste, ... estabas pletórico ... Algo te empujaba, y yo sé lo que era.
Por tanto , humildemente , deja que te aconseje que todo fluya. Tú ahora estas para pegarte otra peregrinación.
Y el año que viene, sea como sea, o de lo que sea, estaremos juntos otra vez.
Nunca digas nunca, Montserrat no es solo la excursión es la excusa para entrenar todo el año, y estar fisicamente bien. La subida no sería la misma sin tu contagiosa ilusión.
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