"Añorar el pasado
es correr tras el viento" (proverbio ruso)
Escribir la crónica de un partido en la Bombonera se
ha convertido en algo raro, destinado seguramente a desaparecer. Por un extraño
milagro que no acabo de comprender este pasado viernes conseguimos juntar la
impresionante cantidad de 16 convocados para nuestro partido. Impresionante que
de un total de 51 contactos del chat de watsapp de los Diablos Rojos solo
asistieran 16, en una jornada excepcional que difícilmente se produce en los
tiempos que corren. Pero como podrán comprender los 2 ó 3 amables lectores que
siguen estas crónicas ya nada sorprende a este viejo soldado que escribe estas líneas.
Con tan ingente cantidad de personal conseguimos
formar dos equipos de la siguiente manera:
EQUIPO AZUL: Sergio, Paco Romero, Jordi Jr., Andrés,
Isidre, Eric, Carlos y Raúl.
EQUIPO AMARILLO: Fernando, Paco Villar, Pepe, Ángel,
Kike, José Mª, Tato y Juli.
He de agradecer de una manera especial a Jordi Jr.
que se brindó a ir cambiando de equipo después de la lesión de Fernando ya en
los primeros compases del partido.
Si tengo que destacar a alguien en este formidable
partido que hacía tiempo no se veía en la Bombonera, destacaría a Kike en una
auténtica resurrección del Kike que conocimos hace muchas, muchísimas noches en
nuestra cancha. Bien Andrés aunque un poquito más flojo que en ocasiones
anteriores. No defraudó Eric “Correcaminos Jr.” que nos tiene acostumbrados a
unas prestaciones muy elevadas para lo que es la media de los Diablos Rojos. De
agradecer la presencia de Tato, fiel amigo aunque este año nos tiene castigados
con un 1 de 18. Raúl al que tenemos que agradecer que se venga desde Mataró
para jugar con nosotros. Muy luchadores Pepe y Paco Villar. El premio al desastre más escandaloso espero
que no me lo dispute nadie aunque alegaré en mi defensa que fui abducido y por la Bombonera circulaba un holograma mío,
lo siento amigos estoy a años luz de todos vosotros.
La hora del Fimons en la que no hay diferencia entre
buenos y malos jugadores reunió a 8 Diablos Rojos en torno a la mesa en la que
no faltaron bebidas isotónicas ni buenas viandas que hicieron las delicias de
los presentes. Encontramos a faltar una vez más a Enric, seguramente prisionero
de alguna emboscada. Hubo un intenso debate al que pondría por título “¿Cualquier
tiempo pasado fue mejor?” con grandes y celebradas aportaciones de algunos
asistentes.
Y esta fue amigos la breve crónica de una gran noche
que ojalá se repita muchas más veces.
Hasta pronto.